Prensa IDEA/Beatriz Ramos Ciertamente, esta hermosa mujer materializó su sueño, es médico neurólogo infantil e investigadora en el área de Pesquisa Neonatal con experticia en el área de “errores innatos del metabolismo”, en el Instituto de Estudios Avanzados IDEA, parte del Polo Científico-Tecnológico Venezolano.
Con veintisiete años en la institución recuerda con nostalgia y agradecimiento sus inicios de la mano del Dr. Jorge Villegas, su mentor en la investigación y estudio de las enfermedades raras, como se les conoce en un lenguaje coloquial y cuyo diagnóstico es trascendental para la salud del paciente si se realiza a tiempo. Mahfoud se interesa por esta categoría de enfermedades a pesar de que era un tema poco examinado durante los postgrados de la carrera tanto de pediatría como neurología.
Su infancia transcurrió en el seno de una familia de origen libanés, muy amorosa y con sólidos principios. Como todo infante fue algo tremenda y cómplice en juegos y travesuras, junto a su hermano menor.
Siempre acompañada por la certeza de que llegaría a ser médico, remonta su objetivo a los doce años de edad cuando le correspondió cuidar a su abuelo, quien sufría cáncer de laringe, situación que sumada a su amor por los niños influyó en su formación académica.
Aunque el matrimonio no era su norte encontró en un italiano su compañero de vida, él conquistó su corazón hace 27 años atrás, tiene un hijo varón, le encanta bailar y cocinar cuando sus obligaciones profesionales lo permiten.
Sus platos preferidos son: el kippe crudo, sobre todo “si lo prepara su mamá”, el pabellón criollo y no vive sin una arepa.
Una mujer de retos que logra lo que se propone
Hasta el momento afirma con seguridad que a nivel profesional y familiar ha disfrutado y materializado todas sus metas propuestas.
Una vez retirada del ejercicio de la medicina (si es que eso puede suceder) le gustaría dar la vuelta al mundo en un crucero y tener una galería de arte o una librería con un pequeño café, donde visitantes y escritores puedan compartir.
Quiere que la recuerden como está en el presente y nos expresa que “ le llenaría mucho tener un nieto antes de abandonar este lado del mundo”.
El reto en su área profesional considera no está consolidado, pues aún hay mucho que investigar, para concretar el estudio total de estas enfermedades, pero considera que es difícil y que como científicos no se termina de alcanzar la meta definitiva pues siempre en la praxis médica surgen nuevos objetivos.
Como mensaje final a los jóvenes que eligen esta carrera, les comunica que es muy importante la formación, la actualización del conocimiento pero más importante es no perder la humanización de la medicina, el contacto con el paciente, escucharlos, el acompañamiento, sobre todo en estas enfermedades que son para toda la vida.
Así nos despedimos de Antonieta, la niña que soñó con ser médico y la doctora que hoy sueña con darle la vuelta al mundo.